
El arte del tatuaje estaba reglamentado mediante estrictas leyes y sólo podía ser practicado por maestros de reconocido ascendiente social, que algunas veces también actuaban como guías espirituales. Tradicionalmente, el tatuaje se realizaba usando una herramienta afilada y tinta indeleble oscura, hecha a base de cenizas de cáscara de coco mezclada con aceite de coco o agua caliente. Las herramientas para punzar la piel eran huesos o dientes de animales (por ejemplo de tiburón), conchas de mar o pedazos de caparazón de tortuga. El proceso de tatuaje era muy doloroso y mientras se realizaba, el tatuador y sus asistentes entonaban cánticos rituales. Como parte del ritual, cada gota de sangre se limpiaba rápidamente para evitar que cayera al suelo.
En la cultura de las islas Marquesas el arte del tatuaje se expresa entre los hombres a través de formas geométricas que llegan a cubrir todo el cuerpo, incluyendo la cara y hasta la lengua. Las mujeres sólo se tatúan los hombros, la parte inferior de la espalda, las manos y el borde de los labios. La enorme variedad de diseños se relacionan con la naturaleza (animales como tortugas, tiburones, pájaros o iguanas; plantas como el bambú, la caña de azúcar, los cocoteros, etcétera) o con algunas leyendas o actividades como la pesca. Ciertas figuras denotaban identidades sociales: por ejemplo, sólo podía tatuarse una iguana en la cara una persona de rango social muy alto.
Para los maori de Nueva Zelanda el tatuaje también es esencial como signo de identidad cultural. En lengua maori, el tatuaje tradicional se conoce como moko y en términos formales se define a través de la simetría. Hasta principios del siglo XX, los hombres maori lucían tatuajes en la cara y en la parte baja del cuerpo, entre la cintura y las rodillas. Las mujeres se tatuaban alrededor de la boca y en el mentón. Los diseños típicos de los moko faciales de los hombres consistían en líneas paralelas de la nariz al mentón y sobre las cejas hacia las orejas. También adornaban sus mejillas, nariz, frente y mentón con diseños espirales o curvilíneos. La tradición maori considera los diseños del moko tan personales, que algunos hombres firmaban documentos con ellos. Asimismo, las esculturas de madera representando a los ancestros colocadas en sus casas de reunión también tienen su moko distintivo. Según la mitología maori, el tatuaje, el tejido y la escultura fueron entregados a los hombres por la diosa del Nacimiento. Por ello se establece que cada moko contiene un simbolismo de nacimiento-muerte que une a todos los seres humanos con sus ancestros.

Como ha sido costumbre en la iglesia Cristiana, cuando llegaban a una nueva cultura, borraban todo lo que tenía que ver con sus tradiciones para implantar las suyas propias. Y efectivamente lo primero que hicieron los misioneros religiosos al llegar a las islas del Pacífico fue prohibir terminantemente el tatuaje tradicional, con lo cual este arte fue olvidado durante cientos de años. Pero renació en la década de los años 80 del siglo XX y actualmente se practica con fuerza en todo el mundo, aunque las técnicas tradicionales sólo se usan en las islas del Pacífico, especialmente en Borneo, las islas Marquesas, Tahití y Hawaii.
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